Enfrentamiento verbal.
Enfrentamiento verbal en el Diálogo Regional: Argemiro García vs. Consejera Presidencial
A las 4:46 p.m., la sala del diálogo regional se tensó cuando Argemiro García, líder social de “La Hormiga 260”, tomó el micrófono y elevó la voz para denunciar lo que llamó “el abandono del Gobierno hacia las bases populares de Bucaramanga y Santander”.
Con tono airado y gestos firmes, García acusó a la Unidad Nacional de Protección (UNP) de estar en manos de la derecha:
—“Ustedes le están dando poder a la derecha, y no es mentira. Darly lo sabe. Nadie nos escucha”, enfatizó, señalando directamente a la asesora de la Consejería, Darly.
El líder enumeró hechos que, a su juicio, evidencian la indiferencia institucional: la denuncia de una niña en Piedecuesta que sufrió la fractura de un brazo y murió sin atención adecuada; el clamor ignorado de los manifestantes durante el Paro Nacional; y la ausencia de respaldo a las comunidades populares.
—“Nos tratan de callar… En el Paro no ayudaron. Están ayudando a Gloria Flórez y Marian Perdomo no sirve para nada. Coloquemos líderes representativos. Petro está solo. Hay infiltrados como Berenice Bedoya”, afirmó.
Las críticas se extendieron a las instituciones y dirigentes regionales: la Superintendencia de Servicios Públicos, según él, está dirigida por “una mujer goda”; los congresistas “no sirven para nada”; y en San Vicente cerraron el hospital, mientras en El Playón se estaría haciendo campaña política indebida.
García concluyó con una disculpa formal por la crudeza de sus palabras, pero insistió en que “la verdad debe decirse”.
La respuesta de la Consejera Presidencial Luz María Múnera no tardó. Con voz firme, defendió a su equipo y descalificó parte de las acusaciones:
—“Berenice no es del Pacto Histórico. Usted no hizo campaña por Petro. No grite. Este no es el tono en que debemos hablar”.
Múnera respaldó a la asesora Darly y advirtió que el respeto en la discusión es fundamental:
—“Usted está poniendo los términos, pero aquí el diálogo se construye con argumentos, no con ataques”.
El intercambio dejó en evidencia la fractura entre una parte de las bases sociales y la institucionalidad presidencial, revelando tensiones acumuladas y desconfianzas mutuas que siguen sin resolverse.
Conclusión como insumo.
El enfrentamiento entre Argemiro García y la consejera presidencial Luz María Múnera refleja una fractura latente entre las bases populares y la institucionalidad del gobierno nacional. Las quejas de García —sobre abandono territorial, favoritismos políticos y falta de respuesta ante crisis locales— no son solo una expresión de inconformidad personal, sino un síntoma de desgaste en la relación entre sectores sociales que fueron soporte electoral de Gustavo Petro y las estructuras oficiales que deberían canalizar sus demandas. El choque verbal evidenció un déficit de confianza, una percepción de exclusión en la toma de decisiones y una lucha interna por la representación legítima del cambio en los territorios. Para la Consejería, este episodio no puede reducirse a un desacuerdo circunstancial: señala la urgencia de articular un diálogo más efectivo, de reconocer liderazgos genuinos y de evitar que las tensiones internas sean capitalizadas por sectores opositores.
Comentarios
Publicar un comentario