Ministro de Salud en BGA



Intervención del ministro de salud Guillermo Alfonso Jaramillo

Auditorio de la Facultad de Salud – UIS
Jueves, 12 de junio de 2025 – 3:24 p.m.

Ofrezco excusas por los contratiempos en el camino. Pero no nos hemos detenido. Así como la reforma laboral busca devolverle a los trabajadores lo que alguna vez tuvieron —como aquellos derechos conquistados desde el 1º de mayo de 1886—, la reforma a la salud busca restaurar lo que nos fue arrebatado.


En Suecia, por ejemplo, un cirujano cardíaco puede operar gracias a un sistema de salud construido por y para la clase trabajadora. Aquí, en cambio, unos pocos gobiernan para su propio beneficio.

Pero no es fácil. A mí me llaman asesino. Mi familia ha sido acosada. ¿Por qué? Por defender la vida de los más pobres. Pedimos que entre todos bajemos la temperatura del debate. En este país, los muertos han sido nuestros muertos.

Colombia es el tercer país más desigual del mundo. Aquí, los niños han asesinado a los candidatos presidenciales. En Bucaramanga, la concentración de riqueza es tal que posee el mayor estrato alto de Colombia. Y aun así, nosotros no gobernamos mirando el color político. Vamos a Suaita, a García Rovira, a Girón… a donde nos necesiten.

La salud es un derecho, y su financiación proviene del pueblo colombiano. Durante el gobierno Santos, se exigieron hasta 10 salarios mínimos para cotizar. Eso desbalanceó el sistema. Los patronos dejaron de aportar. Hoy tenemos un hueco de más de 20 billones de pesos.

¿Por qué seguir entregándole ese dinero público a las EPS? ¿Por qué no pagarles directamente a los hospitales y a los centros de salud públicos? ¿Qué lógica tiene mantener ese modelo? La última liquidación de 12 EPS implicó recursos por 30 billones de pesos. Solo se aceptaron 10 billones, y apenas se ha pagado 1. La deuda real ronda los 25 billones. Es una carga monstruosa que amenaza con quebrar el sistema por completo.

Hay que ponerle fin a la integración vertical. Nunca hubo un verdadero control. No hay auditorías. Mientras tanto, hay hospitales públicos que nadie respalda, y que los bancos se niegan a financiar.

Cuando se trató de salvar a los bancos, el Estado actuó con rapidez. ¿Y por qué no hacer lo mismo con los hospitales del pueblo?

Las urgencias están desbordadas, especialmente en los hospitales de primer nivel. Faltan puestos de salud, faltan centros de atención primaria. Lo que proponemos es claro: que la plata se redistribuya con justicia y equidad.

Nosotros decimos: devolvamos  lo que Uribe nos quitó. Ayer, en la Comisión Séptima del Congreso, varios congresistas solicitaron una reunión para conciliar sobre la reforma. Agradecemos ese gesto. Estamos dispuestos al diálogo, pese a que se nos cuestione por hacerlo.

Sanitas, Sura, Compensar dicen que no tienen recursos, pero no explican por qué, si el gobierno ha cumplido: hoy se pagó todo el régimen subsidiado. Aun así, los hospitales no reciben esos pagos. Las EPS han reportado 650 mil millones en utilidades líquidas, mientras los hospitales están en ruina.

El presidente Petro propone crear un Fondo Nacional Hospitalario, para construir centros de salud en alianza con los alcaldes. Necesitamos un Ministerio de Salud que esté al lado de ellos, que no deje solos a los municipios.

Cuando se trató de salvar a los bancos, el Estado actuó con rapidez. ¿Y por qué no hacer lo mismo con los hospitales del pueblo?

Las urgencias están desbordadas, especialmente en los hospitales de primer nivel. Faltan puestos de salud, faltan centros de atención primaria. Lo que proponemos es claro: que la plata se redistribuya con justicia y equidad.



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